Quizá Rotterdam te sorprenda por su moderno aspecto, lleno de rascacielos y enormes bloques de acero. Pero no es todo igual. La ciudad cuenta con el barrio de Delfshaven, uno de los lugares más pintorescos, que data del siglo XVI.
Delfshaven conserva, intacto, su aspecto del siglo XVI. Con casas de piedra, viejas fábricas y un relajado ambiente que te transporta a otra época, fue un antiguo puerto. De hecho, su nombre (Delfshaven) significa puerto en holandés. Fue construido en el siglo X por la región de Delft (ubicada a 30 kilómetros), que necesitaba conectarse con la ciudad. Con el paso de los años, el crecimiento imparable de la ciudad de Rotterdam hizo que se uniera a la ciudad, conservando, eso sí, su aspecto de antaño.
Es por eso que el ambiente que se respira contrasta enormemente con el resto de la ciudad, llena de impresionantes rascacielos y edificios de lo más vanguardistas, que han hecho de la ciudad un punto de estudio obligado para todo arquitecto que se precie.
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